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7 alimentos que debes sacar de
tu vida si quieres sanarte de verdad

Responde con honestidad:


¿Sientes que después de comer te inflamas?


¿Nada te alivia la gastritis?


¿No sabes por qué subes de peso?


¿Cuántas dietas “detox” has buscado en Google?


¿Ningún tratamiento te alivia el colon irritable?

Si tu respuesta a alguna de estas preguntas fue sí, es momento de escuchar a tu cuerpo. Así no lo relaciones, todo eso que te duele o molesta tiene que ver con la alimentación. Siempre recuerda: Lo que comes te enferma y también es lo que te sana.

Y para sanarte, debes aprender a tomar decisiones Savvyas en tu día a día. Si hay algo que no funciona bien en tu organismo, llegaste al lugar indicado, desde Savvy te acompañaremos en el camino hacia un estilo de vida saludable.



¿Por qué los alimentos son medicina?


Porque nos curamos de adentro hacia afuera. Eso sí, cuidando lo que viene de afuera hacia adentro.

“Pero, ¿Cómo voy a dejar de comer pizza si es tan rica?” “¿Cómo voy a dejar las papas fritas si son tan deliciosas?” “Si es que la gaseosa de vez en cuando no hace daño”. “Yo como bien toda la semana y los fines de semana me doy un gustico”. “Comer sano es muy caro”.



¿Lo has escuchado?, ¿Te suena familiar?

Nuestro director científico, el Dr. Carlos Jaramillo, con su visión desde la medicina funcional y expertise en nutrición, ha logrado entender el comportamiento del cuerpo humano buscando la cura de raíz de las enfermedades crónicas, evidenciado que no es normal vivir enfermo y mostrando cómo la alimentación tiene relación con diferentes condiciones con las que nos hemos “resignado” a vivir. Por medio de sus conocimientos ha acompañado a miles de personas a transformar sus vidas mediante el cambio de hábitos.

Ahora, podemos decirte que con una buena alimentación puedes mejorar tu salud y dar solución a situaciones a las que tal vez te hayas acostumbrado como: alergias, gastritis, colon irritable, estreñimiento, ovarios poliquísticos o fatiga crónica. Con la nutrición adecuada podrás llegar a vivir en un estado de vitalidad positiva.

No vamos muy lejos, si tu curiosidad ha despertado, si ya has buscado en Google cómo puedes comenzar a realizar pequeños cambios en tu estilo de vida. ¡Vas por buen camino!

Lo cierto es que no hay un secreto o dieta mágica, todo se basa en lo que comes, porque es la medicina que necesitas y en los hábitos que conforman tu día a día.

La comida es información para tu cuerpo, si eliges entregarle información de valor y tomar decisiones savvyas para tu vida, tu cuerpo con seguridad te lo agradecerá y te sentirás mejor, con más energía y salud. Puedes aprender a elegir qué comer y qué no para alcanzar tu propia sanación, alimentarse bien es más que llenarse, es entregarle a tu cuerpo lo que necesita.



7 alimentos que te enferman, ¡Sácalos de tu alimentación!

¿Sabías que las principales causas de muerte en el mundo actual son causadas por los malos hábitos alimenticios y estilo de vida? Esto quiere decir que nuestra salud está en nuestras manos y SÍ depende de nuestras propias decisiones, no todo se lo podemos atribuir a la suerte o a la genética. Te invitamos a hacer un alto en el camino para evaluar qué decisiones estás tomando y hacerte responsable de tu propio cuerpo y bienestar.


Azúcar ¡nunca más!


El azúcar o “la dulce pandemia” como la llamó el doctor Carlos Jaramillo en su libro El Milagro Metabólico, es 8 veces más adictiva que la cocaína, genera adicción a la comida, eleva la insulina y es la causante de diversas enfermedades como la diabetes (que se creía solo le daba a personas mayores y ahora los niños también la sufren), ataques al corazón, enfermedad cerebrovascular y hasta demencia.
El azúcar procesada (refinada) se encuentra en más del 80 % de los productos que encuentras en el supermercado como: los endulzantes de las gaseosas y la fructosa que nos venden en los jugos de fruta, entre otros ha ocasionado una alteración de nuestros organismos hasta el punto de hacerlos colapsar.


Evítalo, tu cuerpo no la necesita, solo tienes que:

  1. Eliminar las gaseosas, los jugos de botella y de cajas (sobre todo para los niños). Que lo práctico no te cueste la salud.
  2. Preferir opciones 100% naturales como stevia o monk fruit.
  3. Aprender a leer etiquetas y conocer todos los nombres que le han dado al azúcar para “ocultarla” tales como: maltodextrina, sucralosa, aspartame, etc. Conoce más aquí y aprende a elegir mejor al momento de realizar tus compras aquí.

¿La miel, el azúcar morena y el sirope dónde quedan?


Debes tener cuidado con el azúcar en todas sus formas. Estos están compuestos por glucosa y fructosa, es decir tienen alto contenido de azúcar. Si no tienes otra opción prefiérelos antes de los químicos y edulcorantes artificiales y después vuelve a tu rutina sin azúcar.

¿Y qué pasa con los edulcorantes artificiales?


Junto con los sugar alcohols se creían como alternativas más saludables, pero estos derivados de los químicos, son eso: ¡químicos!, irán directo a tu hígado, afectarán la insulina y activarán tu ansiedad por comer, además de la inflamación que se producirá en tu cuerpo.

Ya sabes, tu cuerpo no necesita azúcar y en tus manos está el poder de sacarla de tu dieta.

Dile ‘adiós’ a los lácteos


La leche en todas sus presentaciones: entera, deslactosada, descremada, light y demás, sigue siendo nociva para el organismo y no solo por la lactosa (el azúcar de la leche), sino también por la caseína (la proteína de la leche de vaca) que puede generar permeabilidad intestinal.

La permeabilidad intestinal causará que la toxicidad, virus y bacterias pasen por tu intestino y lleguen hasta el torrente sanguíneo lo que causará diversas enfermedades, alergias, entre otros.

No más a las carnes frías o embutidos


Las carnes frías como salchichas, mortadelas, jamones son productos ultra procesados, llenos de sustancias químicas y altos en sodio que pone en jaque a tu organismo.

Según el artículo de PubMed “Red and processed meat consumption and risk of incident coronary heart disease, stroke, and diabetes” estas carnes procesadas pueden tener incidencia en enfermedades del corazón y diabetes.

Definitivamente, debes sacar estos alimentos de tu alimentación. Ojo a esto: evita a toda costa darle embutidos a los niños.

Saca las harinas refinadas en todas sus presentaciones, colores y sabores: elimina el gluten


Casi todos los alimentos de panadería y repostería como el pan, las tortas, las galletas se preparan con harina refinada y tienen un gran problema: su componente principal es el gluten, que viene del trigo, la cebada y el centeno y al entrar al organismo daña la mucosa que recubre al intestino delgado, te causa inflamación y evita que se absorban correctamente los nutrientes, dando paso a la toxicidad hacia el torrente sanguíneo.

¿Esto mismo pasa con el pan o pasta integral? Sí, porque su fuente principal es el trigo. Lo integral no necesariamente es sinónimo de saludable, mejor busca opciones sin gluten que nutran tu cuerpo.

Recuerda: todos los carbohidratos se descomponen en azúcares simples. Por eso, al inicio de este artículo te decíamos que no solo hay que fijarse en “comer sano”, sino en conocer cómo se comporta la comida en nuestro organismo.

Cero jugos de fruta


Las frutas se hicieron para comérselas en su forma natural, solo de esa manera le damos tiempo al organismo (principalmente al páncreas y al hígado) de procesar la fructosa -el azúcar de las frutas- y también aprovechamos su fibra.

Licuar, batir o extraer la pulpa a la fruta para tomarla en una bebida es tomar un montón de información sin saber cuál es la correcta y enviarla directamente al hígado. Es como tomarte un shot de azúcar.

El hígado, al no poder procesar esa fructosa, no puede clasificar vitaminas, minerales y nutrientes y no sabrá qué hacer, entonces, deberá trabajar más duro. Ahora, imagínate tener que hacerlo al desayuno, al almuerzo y a la comida.

Ya sabes, frutas sí, pero no así.

Es mejor que te las comas, ¡No te las tomes!



¿Cómo te sientes ahora?


Sanarse es un proceso, es cultivar un estado de consciencia que se consolide día a día y nos permita vivir en coherencia.

Date el tiempo necesario para ver resultados y convierte la alimentación saludable en un hábito y en tu principal herramienta de sanación.

Sé Savvy.