¿Cómo una alimentación saludable puede prevenir enfermedades y mejorar tu salud?
Categoría del artículo: Alimentación y nutrición
10 mins de lectura
Del ‘eres lo que comes’ aprendiste a ver el alimento como información y no, como simples calorías. Hoy te ofrecemos un completo menú para que elijas, con Savvyduría, los ingredientes de tu prevención y alivio. Recuerda que no se trata de perder peso, sino de ganar salud.
¿Tienes migraña? ¿Has revisado el porqué? Bueno, ¿qué tal si empiezas a buscar el origen de esa afección que desde hace años se ha convertido (literalmente) en tu dolor de cabeza?
Te lo proponemos porque seguramente la salida que has tomado todo este tiempo ha sido aliviar la consecuencia de tu enfermedad de base, es decir, ‘quitar’ tu dolor de cabeza con cualquier analgésico de venta libre, sin ir al origen.
Y con ello no estamos insinuando que debas practicarte exámenes exhaustivos y costosísimos; de hecho, tu nevera y tu alacena serán las únicas que se someterán a un análisis. Y tú serás tu propio médico.
“Llevamos muchos años en una pobreza dentro del mundo de la nutrición, pensando que la comida son simplemente calorías; y los malos hábitos, como la mala alimentación, es muchas veces el disparador de muchas afecciones a nivel mundial”, asegura nuestro director científico, el Dr. Carlos Jaramillo, quien desde su enfoque funcional de la medicina enfatiza en el potencial que tiene el alimento, al mismo tiempo, como el disparador de un óptimo estado de salud.
Ahora bien, ¿Qué beneficios tiene comer saludable?
La ciencia ha demostrado que la comida puede hacer que recuperemos nuestra salud; algunos alimentos tienen la capacidad de modificar genes, apagar enfermedades y traer bienestar en múltiples niveles. Si bien no existe un estudio que dictamine que una u otra dieta ‘sanará’ por arte de magia a un paciente de diabetes (por ejemplo), sí hay varios que confirman el consumo de sustancias presentes en ciertas frutas, raíces, verduras, etc. como coadyuvantes en el alivio de algunas sintomatologías, en el control de la enfermedad y sobre todo, en la reducción de las posibilidad de padecerla (es decir, en la prevención de su aparición).
Uno de ellos es el magnesio. Según una publicación de la oficina de Suplementos Dietarios de National Institutes of Health (NIH), la cual hace parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos y que puedes leer aquí; reconoce la importancia del consumo de nueces, hortalizas de hojas verdes, como las espinacas, y cereales integrales para obtener mediante la dieta, las cantidades recomendadas de este nutriente encargado de la regulación de la función muscular y del sistema nervioso, de los niveles de azúcar en la sangre y la presión sanguínea. Además, ayuda en la formación de proteínas, de masa ósea y del material genético en las células (ADN).
De ahí que el consumo de dichos alimentos esté asociado a un menor riesgo de enfermedad cardiaca y derrame cerebral (el magnesio es reconocido entre los especialistas como aliado de la reducción de la presión arterial) y de diabetes tipo 2 –el magnesio ayuda a procesar el azúcar y por ende, reduce el riesgo de resistencia a la insulina–.
Asimismo, por sus beneficios a nivel osteomuscular, se analiza si el consumo mediante fuentes naturales en dupla con dosis monitoreadas de suplementos de magnesio garantizaría la mejora en la densidad ósea de las mujeres mayores y, por ende, la reducción del riesgo de osteoporosis.
Incluso, una buena ensalada de hojas verdes y nueces como parte de tu almuerzo o cena puede ayudarte a calmar tu migraña. ¿Sabías que las personas que padecen estos dolores intensos han revelado niveles bajos de magnesio en su sangre? Por ello, se trabaja en mejorar la evidencia médica existente frente al consumo de los suplementos de magnesio (siempre bajo estricto rigor del especialista) como herramientas que reducen su frecuencia.
“Hay muchos ejemplos de los efectos de la alimentación en el estado de salud; uno muy recurrente –y desligado de la reducción del peso– es que la gente que tiene alergias crónicas como conjuntivitis, rinitis, asma o problemas de piel, y elimina el azúcar (en todas sus presentaciones: miel, panela, jarabes y todos los calóricos, menos la estevia), el gluten y los lácteos, mejoran sus alergias. Si bien no se curan completamente, sí tienen una mejoría impresionante porque el azúcar es altamente inflamatorio y cualquier alergia es una condición de inflamación crónica donde tengo mi sistema inmunológico rendido, reaccionando de una forma que no es la mejor”, puntualiza nuestro director científico, el doctor Carlos Jaramillo.
Nutrición terapéutica: potenciando la salud a través de la alimentación
Para muchos, es conocida como nutrición funcional; para otros, se trata de un enfoque ancestral; quizás, otros tantos prefieran ser identificados como aliados del movimiento de la comida real y aún quedan varios que se identifican con la etiqueta holística de la alimentación.
Además, los más trendy estarán explorando la controvertida nutrición ortomolecular, vista con escepticismo por la comunidad científica debido a su propuesta de mejorar la salud mediante el exceso de aminoácidos, vitaminas y minerales, mediante el consumo excesivo de agua, proteínas, grasas insaturadas y carbohidratos complejos. En este enfoque, los suplementos son también pan de cada día.
Sea cual sea el nombre del modelo dietético de turno, todos persiguen un mismo objetivo: la salud. Esto implica mantener el funcionamiento de lo que está marchando bien en el organismo y de sanar lo que ha venido fallando; todo a través de la alimentación.
Aunque en los últimos años se disparó el boom del enfoque nutricional de la sanación del organismo, te sorprenderá saber que el uso de ‘comida como medicina’ no es nuevo, destacándose la importancia de los alimentos terapéuticos en este enfoque.
Puede sonar revolucionario y vanguardista en la sociedad actual, pero este concepto ha sido el evangelio de diferentes culturas milenarias orientales, especialmente en Japón e India, donde el consumo de determinados alimentos alineados con medicinas tradicionales y alternativas –como el Ayurveda– han sido el ‘secreto’ de la longevidad y de las bajas tasas de incidencia de enfermedades crónicas como obesidad, diabetes e hipertensión en sus habitantes. Incluso,, varios de sus ingredientes, especias y preparaciones han sido los ‘superalimentos’ de los últimos años a este lado del planeta.
Salud, en modo azul; longevidad y bienestar
Otro dato que llamará tu atención sobre el sustento secular de los enfoques de la sanación mediante lo que comemos, llega desde las llamadas ‘zonas azules’, regiones del planeta en donde sus habitantes presentan las mayores expectativas de vida frecuentemente los 110 años o más.
El término fue acuñado en 2004 por el demógrafo belga Michel Poulain y el médico italiano Gianni Pes, quienes descubrieron que en la isla de Cerdeña (Italia) había una numerosa población de personas con 100 años, o más. Su descubrimiento fue publicado en la revista Experimental Gerontology, y desde entonces investigadores como el estadounidense Dan Buettner se han dedicado al estudio demográfico de la longevidad. En 2015, Buettner, halló otros epicentros de personas que superaban por varias décadas la media de expectativa de vida mundial (73 años) en la isla de Okinawa (Japón), en la Península Nicoya (Costa Rica), la isla de Icaria (Grecia) y Loma Linda (California).
Precisamente en este último enclave, el investigador y autor de best sellers como El secreto de las zonas azules, halló que la mayoría de sus habitantes pertenecen a la comunidad adventista del séptimo día que supone al cuerpo como templo del Espíritu Santo y por ello, debe ser honrado y protegido mediante el consumo de una dieta a base plantas y fibras integrales. Esta dieta excluye la cafeína, alcohol y sustancias estimulantes (método religioso vinculado al enfoque de la nutrición bíblica desarrollado por la autora y health coach Annette Reeder, quien propone el consumo de los alimentos citados en la Biblia y la práctica del ayuno para garantizar una salud abundante).
Por su parte, la zona azul japonesa de Okinawa es conocida mundialmente porque allí viven las mujeres más longevas del planeta. Su ‘secreto antienvejecimiento’ según el estudio Una dieta de envejecimiento saludable además de la mediterránea: un foco en la dieta de Okinawa (desarrollado en 2014 por los expertos en medicina geriátrica e investigadores Donald Craig Willcox, Giovanni Scapagnini y Bradley J. Willcox) es la dieta, basada en carbohidratos ricos en fibra (como la batata) y vegetales de la familia de los pepinos y las calabazas, restándoles el protagonismo a las grasas, las proteínas y los alimentos ultraprocesados –son considerados unas rarezas; debido a su ubicación remota, la accesibilidad a las zonas azules es casi nula–.
¿Qué dice la OMS sobre la nutrición funcional?
Debido al interés suscitado por el impacto de la alimentación en el estado de salud y en los procesos de prevención y tratamiento de enfermedades crónicas (en especial, de las relacionadas a los procesos inflamatorios), grandes estamentos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) también han optado por relacionar el estado nutricional con la salud inmunitaria y por ello, en sus Guías Alimentarias para Estadounidenses de 2020 a 2025, propone un modelo nutricional saludable a base de frutas, vegetales, granos integrales, proteína magra, grasas y aceites saludables.
El consumo de sal, azúcar añadido y grasas saturadas (en otras palabras, los ultraprocesados) debe restringirse, como también lo sugiere la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) para la cual, una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros, legumbres, lácteos bajos en grasa y proteínas magras es clave cuando se habla de proteger la salud cardiovascular.
Ello, sumado a la puesta en marcha del impuesto a las bebidas azucaradas y a los ultraprocesados en Colombia, confirma que, más que ser una tendencia, una ‘dieta de moda’ o un ‘reto detox de 21 días’, el reconocimiento del poder sanador del alimento sigue ganando terreno en las agendas y políticas públicas de la salud.
¿Cuáles son los alimentos con propiedades funcionales más conocidos?
Como te mencionamos al inicio, las enfermedades crónicas que más aquejan hoy a la humanidad como problemas metabólicos, el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y las trombosis, están asociadas con procesos inflamatorios crónicos en el organismo. Por ello, nuestro director científico, el doctor Carlos Jaramillo, nos comparte algunas maneras de sanarte mediante lo que llevas a tu boca: seis alimentos con potencial antiinflamatorio, incluyendo aliment:
1. Cúrcuma:
Utilizada durante milenios en la India por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Según el Dr. Jaramillo, “cuando miramos la cascada de la inflamación en la medicina, esta tiene muchas vías o pasos. Todos los antiinflamatorios como ibuprofeno o diclofenaco actúan en diferentes partes; la cúrcuma actúa en todas las vías sin hacer bloqueo sino modulación de la inflamación”.
Recuerda que la inflamación es necesaria para el cuerpo; el problema es su exceso o en su persistencia a lo largo del tiempo. Cuando tu cuerpo se inflama de manera modulada, se regenera; por ello, los antiinflamatorios que bloquean no permiten dicha reparación.
En cuanto a la cúrcuma, se recomienda una cantidad diaria ideal superior a los 1500 mg. Si quieres puedes incluir hasta 5.000 unidades, dependerá de la tolerancia de tu paladar a su fuerte sabor.
2. Jengibre:
Protagonista de las medicinas ancestrales de territorios orientales de China, India y Japón, tiene un alto poder antiinflamatorio comparable al de la cúrcuma. A diferencia de esta, el jengibre actúa sobre ciertas partes de la cascada de la inflamación.
Su súper poder es el antioxidante, es decir que equilibra el sistema de defensas y de reparación, combate la acumulación de radicales libres y ayuda a reducir o prevenir la inflamación crónica, entre otros.
3. Romero:
Se trata de un botánico muy útil en la cocina y con propiedades antioxidantes. En el intestino, ayuda a eliminar parásitos, bacterias u hongos. Cuando se consume en altas concentraciones en forma de aceites esenciales de grado farmacológico (supervisados por el especialista) o mediante comprimidos, puede reducir el exceso de bacterias. “Estas bacterias, al descomponerse, liberan moléculas que causan inflamación y dolor en el cuerpo, además de asociarse al riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes”, explica el doctor Carlos Jaramillo quien sugiere consumir el romero a manera de ‘emulsión natural’, picándolo finamente y en cantidad, sumergiéndolo en aceite de oliva. Podrás tomar una cucharada diaria.
4. Pimienta cayena:
Su contenido de capsaicina le da gran potencial antiinflamatorio y analgésico. “Si bien una es consecuencia de la otra, hay quienes presentan dolor sin inflamación”, explica nuestro director científico, el DR. Carlos Jaramillo.
¿Cómo sugiere consumirla? En un vaso de agua vierte limón, vinagre de manzana, pimienta cayena y hielo; mientras disfrutas de una bebida deliciosa y refrescante estarás ganando puntos contra la inflamación crónica, la oxidación y el dolor.
5. Algas, salmón y aceite de linaza:
Estas son las mejores fuentes naturales de omega 3, reconocidas por sus beneficios antioxidantes, cardiovasculares y neurológicos. Si eliges un suplemento (es una de las fuentes directas comunes), asegúrate que incluya, solamente omega 3 y consume dosis diarias por encima de los 1500 miligramos. “Revisa su equilibrio entre EPA y DHA; idealmente, deben estar en relación 3 a 2 o 1,1 a 1”, recomienda el Dr. Carlos Jaramillo.
6. Té verde:
Gracias a sus catequinas, compuestos de gran poder antioxidante, el té verde reduce la inflamación general del cuerpo y es aliado de las funciones cerebrales y cardiovasculares. Asimismo, sirve como coadyuvante en el control del azúcar en la sangre, resultando útil en pacientes con diabetes y con alteraciones metabólicas crónicas.