Tensión muscular

Mi esposa siempre ha sido mucho más consciente que yo del autocuidado. Mientras yo creía que “tener tensión muscular” era parte normal de la vida adulta, ella veía cómo mis hombros se encogían cada vez más y cómo mi espalda parecía una tabla. Fue ella quien me dijo: “prueba esto, te va a ayudar más de lo que crees”.

Ese “esto” era Great Day®, un citrato de magnesio de esos que yo jamás habría buscado por mi cuenta. Pero le hice caso, afortunadamente.

Magnesio para relajar músculos

Lo primero que me sorprendió fue lo fácil que era incorporarlo. Mi esposa me preparaba el vaso con agua y un sobre, a veces de limonada de coco, otras de limonada rosada o lemon gingerine, y solo tenía que tomarlo antes de acostarnos. No tardé mucho en sentir la diferencia: el cuerpo dejaba de resistirse. Las piernas no se sentían tan pesadas, los hombros se veían mejor y la espalda, por fin, aflojaba.

Algo que también me llamó la atención fue que los calambres nocturnos, esos que me despertaban de golpe, empezaron a aparecer con mucha menos frecuencia. Nunca imaginé que también estuvieran relacionados con la falta de magnesio. Ahora entiendo el porqué: los músculos se tensan y reaccionan cuando no reciben los minerales necesarios para relajarse.

Después me explicó que la clave está en que este producto usa citrato de magnesio y citrato de potasio, formas que el cuerpo asimila mejor. También trae limón en polvo, fibra prebiótica y está endulzado con stevia: ingredientes naturales, respaldo científico y sin azúcar añadido.

Por qué se tensionan los músculos

Antes pensaba que mi tensión muscular venía solo del ejercicio, pero mi esposa, que sí lo investiga todo, me contó que puede pasar por:

• Estrés constante,

• Dormir mal,

• Pasar horas sentado,

• Y, sobre todo, no consumir suficiente magnesio.

Cuando empecé a usar Great Day®, entendí de qué hablaba. Dormía más profundo, despertaba sin sentirme “acartonado” y hasta mis estiramientos mejoraron. No es que la tensión desaparezca mágicamente, pero ahora siento que mi cuerpo coopera conmigo en lugar de frenarme. 

Nunca pensé que una recomendación tan simple de mi esposa cambiaría tanto cómo se siente mi cuerpo. Hoy soy yo quien le recuerda tomar su propio vaso por las noches. Y sí, Great Day® terminó ayudándonos a los dos: ella duerme mejor… y yo dejo de quejarme menos por la espalda.