1. Evita ciertos adaptógenos
A pesar de que sea ofrecido como el aliado infalible contra el estrés, el regaliz (licorice) no reduce la fatiga crónica, sino que pasa todo lo contrario: la exacerba. Si eres de los que antes de ir a dormir, o en situaciones de cansancio extremo te tomas un té de regaliz para bajar los índices de adrenalina y cortisol (hormonas segregadas ante situaciones de estrés físico y mental) , evalúa esta decisión pues este adaptógeno, si bien recuperará tu energía, lo hará a costa de un aumento indiscriminado en tus niveles de cortisol y adrenalina (hormonas) que nunca le permitirá a tu cuerpo ni a tu mente realizar sus procesos de recuperación, lo cual se verá reflejado en alteraciones en el sueño, dolores, irritabilidad, cansancio durante el día y un bajísimo desempeño en tus actividades, además de otros riesgos para el bienestar de tus funciones cardíaca y cerebral.
2. Consume huevo; compleméntalo con colina
Si estás siempre a mil por hora, con estrés y sientes que tus cargas laborales son cada vez mayores y no sales de tus pendientes, significa que tienes eternamente encendido tu sistema simpático –parte del sistema nervioso que aumenta la frecuencia cardíaca, la presión arterial, el ritmo respiratorio y dilata las pupilas– ya será hora de activar tu sistema parasimpático –la parte del sistema nervioso que lleva tus funciones a la calma– y ello, lo ha demostrado la ciencia, es posible mediante el consumo de un neurotransmisor infaltable en los procesos de recuperación: la acetilcolina, que se sintetiza a partir de la colina, un nutriente presente en el huevo. “Pero para restablecer el parasimpático a punta de huevo debes comer toneladas, por ello, se sugiere complementar su consumo mediante un suplemento con fuentes externas”, explica nuestro director científico, el doctor Carlos Jaramillo, quien recomienda los que están elaborados a base de alpha- GPC colina y citicolina (o colina CDP).
3. Alimenta tu mente
Medita, y para ello, aprende a respirar, a relacionarte contigo, tus emociones, tus pensamientos y sé consciente de tus movimientos. Eso te ayudará a bajar tus niveles de estrés y aumentará la producción de acetilcolina.
4. ¡Detén tu consumo de cafeína!
Tanto en café y té (inclusive, el de matcha) pues estimula la adrenalina y por ende, el cortisol y estarás sumergido de día y de noche en estrés y nunca te repararás (algo muy similar a lo que sucede con el regaliz).
5. Consume ashwagandh en este horario
Al ser indicada en momentos de fatiga excesiva para restaurar la energía, es clave respetar los horarios de producción hormonal. Si la consumes antes de dormir, incrementará tu cortisol y, nuevamente, no te permitirá repararte y levantarte renovado antes de ir a la oficina. Consúmela, pero en horas de la mañana y hasta el mediodía.
6. Alimenta tus músculos
Entrena, pero no te excedas. “Entrenar demasiado implica una sobrecarga de cortisol, por excesos (algo que vemos en triatletas y atletas profesionales cuyas expectativas de vida son muy cortas porque llevan a sus cuerpos a niveles de estrés físico excesivos y nunca le permiten entrar en periodos de reparación). Entrenar sirve para que en el día hagas un buen consumo de energía y recursos y en las noches repares. Pero el exceso puede que tu cortisol esté más alto y nunca podrás recuperarte”, puntualiza el doctor Carlos Jaramillo, nuestro director científico. Por ello, todos los días te levantarás más cansado que el día anterior y no verás avances en tu rendimiento deportivo ni laboral.